
Tras el Impacto social y político de la condena a la expresidente de la nación Cristina Kirchner, diversas organizaciones sociales, sindicatos, docentes y trabajadores de la salud se unieron a la marcha de jubilados que se realiza cada miércoles.
En ese sentido el encuentro no solo se centró en el apoyo a la exmandataria, sino que también reunió una serie de reclamos colectivos, evidenciando la crisis social y política que atraviesa el país. La jornada de protesta, marcada por el fuerte rechazo al fallo de la Corte Suprema, comenzó en el Congreso y se dirigió hacia la Plaza de Mayo.
Durante el recorrido, la tensión fue palpable, con incidentes que desencadenaron corridas y empujones entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Si bien no se reportaron heridos graves, una jubilada sufrió lesiones, lo que encendió aún más el descontento entre los asistentes. Las agrupaciones decidieron cambiar su ruta original hacia la Plaza de Mayo, lo que generó momentos de agitación.

A medida que avanzaban por la Avenida de Mayo, la policía intentó implementar un protocolo antipiquetes, lo que resultó en enfrentamientos menores. Aunque la manifestación no alcanzó a ser multitudinaria como se esperaba, logró interrumpir brevemente el tránsito del metrobus, lo que evidenció la determinación de los participantes en hacer sentir su voz. La intervención de la policía, que buscó despejar las veredas, fue acompañada por la instalación de un clima de tensión, en el que los sonidos de los bombos de los manifestantes fueron opacados momentáneamente por el estruendo de los dispositivos utilizados por las fuerzas de seguridad.
La jornada de hoy no solo refleja la reacción ante un fallo judicial, sino que también subraya la creciente insatisfacción de sectores amplios de la población frente a la situación económica y social del país. A medida que avanza la crisis, la movilización social parece incrementar, marcando un desafío tanto para el gobierno actual como para la oposición en su afán de gestionar la complejidad del descontento popular.