
En 1984, el Parque Nacional Iguazú fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO, destacando su invaluable biodiversidad y la majestuosidad de sus cataratas, un ícono de la naturaleza que atrae a millones de visitantes cada año.
En ese sentido el Parque Nacional Iguazú, situado en Argentina, abarca un área protegida de 67.620 hectáreas. Esta vasta extensión se divide en 59.945 hectáreas destinadas al parque y 7.675 hectáreas para la Reserva Nacional Iguazú, que alberga un sector de servicios. Ambos espacios están bajo la administración de la Administración de Parques Nacionales.

Desde su creación en 1934, este parque ha tenido como objetivo principal la conservación de las impresionantes Cataratas del Iguazú, que en 2011 fueron reconocidas como una de las “Siete Maravillas Naturales del Mundo”.La rica historia del Parque Nacional Iguazú se remonta más de 10.000 años, cuando comenzó la ocupación humana en la región altoparanaense.
Se estima que alrededor del año 1000 d.C., los guaraníes llegaron a la región, desplazando a los nativos de lengua yê. Al momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, los guaraníes ya habían expandido su territorio y cultivaban diversas especies. A lo largo de su historia, el parque ha sido testigo de la llegada de las primeras misiones jesuíticas guaraníes en 1609, que permanecieron en la región durante más de 150 años.

A fines del siglo XIX, el turismo comenzó a florecer en la zona, con visitas notables como la de la pintora argentina Victoria Aguirre, quien donó fondos para construir el acceso a las cataratas. En 1902, el arquitecto y naturalista francés Carlos Thays realizó un relevamiento de las cataratas que serviría como base para la creación del parque nacional.Hoy, el Parque Nacional Iguazú se destaca por sus impresionantes cataratas, que son un conjunto de 275 saltos de hasta 80 metros de altura, de los cuales el 80% se encuentra del lado argentino.
Los visitantes pueden disfrutar de paseos en lancha bajo los saltos y realizar caminatas por diversos senderos, además de observar la exótica fauna de la selva semitropical, que incluye especies como coatíes y tucanes.La joya del parque es sin duda la “Garganta del Diablo”, el salto con mayor caudal y altura, que se puede admirar a través de pasarelas que inician en Puerto Canoas. Este fenómeno natural no solo es impresionante por su belleza, sino que también marca la frontera entre Argentina y Brasil.

En términos de flora y fauna, el parque es un refugio para diversas especies de árboles que prosperan en su entorno húmedo, como el curupay y el cedro paranaense. Además, alberga numerosas aves, como los vencejos de cascada y el águila harpía. Sin embargo, el parque también desempeña un papel crucial en la protección de especies en peligro de extinción, incluyendo el yaguareté, el tapir y el ocelote.El Parque Nacional Iguazú, declarado Patrimonio de la Humanidad, no solo es un destino turístico excepcional, sino un símbolo del esfuerzo por conservar la rica biodiversidad y el patrimonio natural del planeta. Su historia, ecosistemas vibrantes y majestuosas cataratas lo convierten en un lugar que invita a la reflexión y el asombro.

Está muy bueno el artículo, me encantó. Yo las conocí del lado del Brasil en 1995, ya que se había destruido el muelle en la parte argentina. Un lindo recuerdo .