
El video de Sam Altman que promete una inversión en la Patagonia divide a las redes, emociona al Gobierno y expone el límite entre propaganda y simulación.
Un video viral promete 25 mil millones de dólares y un futuro digital argentino. Nadie puede confirmar su origen, pero el gobierno de Javier Milei lo celebra como su primer triunfo tecnológico. Entre la euforia y la duda, la inteligencia artificial escribe su primera historia política.
El anuncio perfecto
El video es breve, impecable y casi inquietante. Sam Altman mira a cámara con los ojos muy abiertos, la piel sin imperfecciones, la voz modulada. A su espalda, un libro resalta entre las luces suaves: Anthem, de Ayn Rand, símbolo de la exaltación del individuo.
Promete el desembarco de “Stargate” en Argentina, una inversión de 25 mil millones de dólares y un megacentro de datos que consumirá 500 MW de energía.
Las redes explotan: ¿es real o una deepfake? ¿una campaña política? ¿una burla digital?
Mientras tanto, el gobierno no duda: el video es tomado como prueba de respaldo internacional.
El llanto del físico y la ilusión del poder
En Buenos Aires, Demian Reidel, titular de Nucleoeléctrica Argentina, ve el video una y otra vez. Llora.
Físico del Instituto Balseiro y exasesor de Milei, impulsa hace años la idea de una Patagonia transformada en nodo global de energía y datos.
Para él, ese video no es un rumor: es una validación.
“Lo logramos”, habría dicho a su entorno cercano. “El mundo nos está mirando.”
Una empresa invisible y un país sin regulación
El supuesto socio argentino, Sur Energy, no existe más allá del nombre. Sin web, sin redes, sin experiencia previa, es un socio fantasma para un proyecto monumental.
El país, además, carece de marco regulatorio para la instalación de centros de datos, y los plazos prometidos —uno o dos años— son técnicamente imposibles.
Pero los hechos concretos importan poco: lo que vale es la imagen. Y en política, la imagen se cotiza más que la realidad.
Agua, energía y espejismos
Mientras el gobierno habla de revolución tecnológica, la Argentina atraviesa la crisis hídrica más grave en más de 70 años.
Proyectos como el de Google ya habían sido cuestionados por su altísimo consumo de agua. La investigadora Yawei Zhao lo definió con precisión: los territorios digitales reproducen desigualdades ambientales, drenando recursos donde la resistencia social es más débil.
El país de las simulaciones
El video de Altman —real o generado por IA— se convierte en metáfora de época.
Una pieza de software que emociona a funcionarios, alimenta la fe del mercado y fabrica esperanza.
Tal vez la inteligencia artificial no haya mentido.
Tal vez solo haya aprendido cómo funciona la política argentina: prometer lo imposible y creer en lo invisible.